Cartas de una pionera

• Autora: Elinore Pruitt Stewart
• Género: Epistolar, biografía
• Fecha de publicación: 1914
• Otras obras de la autora: Cartas de una cazadora
• Puntuación: ★★★★☆

Cuando ya estoy lista para disfrutar de un éxito, voy y me encuentro con que tengo que encajar un fracaso. Pero me consuela que, por lo general, tengo un montón de tela que cortar, y que muchos de mis fracasos han resultado ser auténticas bendiciones.

 

Tras la lectura de El rancho de la U Alada (también de la magnífica editorial Hoja de Lata) vuelvo al salvaje oeste americano de principios del siglo XX con Cartas de una pionera.

Hay muchas cosas que se han quedado conmigo tras leer este libro, pero si tuviera que rescatar alguna por encima de las demás, esa sería haber conocido a la propia Elinore Pruitt Stewart, una mujer optimista, aventurera y divertida que me inspira una admiración inmensa.

Este volumen recoge casi una treintena de cartas que la propia Elinore le escribió a una amiga narrándole su nueva vida entre las montañas de Wyoming. Y así, como si estuviéramos leyendo un diario de sus andanzas vamos a ir conociendo retazos de las vidas de los vecinos de Elinor, de sus aventuras en los cañones, las nevadas inesperadas, las grandes comilonas improvisadas…

Todas las cartas destilan un optimismo y alegría, una pasión por la vida que es totalmente contagiosa… Sorprende así alguna carta que relata momentos muy duros y realmente tristes, y sorprende sobre todo por la manera que tenía esta mujer de tirar hacia delante con todo, sin derrumbarse, siempre con ilusión y esperanza.

Creo que es esa personalidad tan arrolladora la que ha conseguido conquistarme por completo, aunque también he disfrutado muchísimo de las descripciones de los parajes salvajes, de una naturaleza tan poderosa ante la que el ser humano no puede hacer más que caer rendido.

Casi sentía el frío traspasarme o el olor de la hoguera, mientras leía la novela. Y es que, es increíble la capacidad que tenía esta mujer para describir su entorno y plasmarlo de manera tan vívida.

Ya digo que estas cartas recogen pequeños retazos de la vida en Wyoming pero también es el testimonio de una época y un lugar únicos en el mundo, y sobretodo de una mujer fuerte e independiente, enormemente generosa, enamorada de ese entorno, que permanecía ajeno al mundo, intacto y maravilloso.

Leer este libro equivale a un chute de optimismo, de energía y de ganas de trabajar con la convicción de que si le ponemos empeño saldremos adelante, y sobre todo de que tenemos que disfrutar de todas esas pequeñas cosas que solemos dejar pasar por el camino.

¿Sabe una cosa? Yo creo firmemente en la risa. Soy realmente supersticiosa al respecto. Creo que si la Mala Suerte se cruzara en mi camino, pondría pies en polvorosa si alguien se riera en su cara estrepitosamente.

En fin, una lectura que me ha resultado tan entrañable como reconfortante. A pesar de su aparente ligereza, este libro es una joyita que esconde perlas de sabiduría que tenemos tendencia a olvidar, y más en nuestro día a día de estresante trabajo delante del ordenador, de twittear nuestra vida al minuto o de seguir el camino que nos imponen como única posibilidad.

En conclusión… ¡Necesito unas vacaciones en Wyoming ya!

Pd. Ansiosa ya de leer la segunda parte: Cartas de una cazadora, que por suerte, Hoja de lata ya ha publicado, con otra de sus ediciones preciosísimas, para no variar 🙂