Reinas británicas (The Crown y Victoria)

Si algo me gusta a mi es una buena historia de realeza. No es que sea muy monárquica pero la vida de estas personas con sus absurdos rituales, leyes escritas y silenciosas, cargas y satisfacciones… todo ese mundo lleno de extraños matices no deja de atraerme. Será porque es como ver una buena película de ciencia ficción.

Hay muchas series y películas sobre la realeza británica que me encantaron en su momento, algunas más concienzudas en el apartado Histórico como Wolf Hall, Elizabeth, Su majestad Mrs Brown, El discurso del rey, The Queen o The Virgin queen, otras mucho más libres como Los Tudor, The Devil’s Whore, La Reina Victoria o incluso la irregular The White Queen consiguieron hacerme pasar muy buenos ratos.

Por lo tanto, no tendría que extrañaros que esperara The Crown y Victoria como agua de mayo. Con más ansias la primera por contar un pedacito de la Historia mucho más reciente y menos explorado que el reinado de Victoria. Aún así eran dos period drama que tenía apuntadísimos y por fin he tenido tiempo para hincarles el diente.

El resultado ha sido dispar. Me he encontrado por una parte con el increíble nivel de The Crown (en todos los sentidos) y el guión facilón, insulso y desaprovechado de Victoria por la otra.

Está claro que ni el público objetivo ni las intenciones de estas dos series coinciden, pero aún así creo que Victoria merecía un guión un poco más consistente. Aún tengo pendientes los dos últimos capítulos, llevo retrasándolos semanas… para una temporada tan corta eso ya dice mucho.

Esta serie trata de mostrarnos a la Victoria más joven e inocente (la misma que Julian Fellowes retrató ya en su película La Reina Victoria con bastante más éxito), su romance con Alberto y sus inicios en política. Pero ni la reina resulta creíble ni el romance soportable, las subtramas carecen también de interés y hay pocos actores que logren salvar un argumento tan endeble. Es una pena porque el vestuario, la fotografía y decorados son impresionantes.

Victoria pretende ser una serie de entretenimiento, un romance a la antigua usanza pero tratando de mostrar jóvenes actuales. La mezcla resulta extraña y así como los primeros episodios consiguen entretener al espectador los últimos se vuelven totalmente aburridos y monótonos. Se ha renovado para una segunda temporada, pero ya os digo que yo aún no he tenido el ánimo para terminar esta primera.

Con The Crown pasa justamente contrario. Empezando por el maravilloso guión, que no solo logra mostrarnos la evolución de la reina, sino la de toda la familia real, de los políticos importantes en su gobierno y en extensión de Inglaterra entera.

La serie está planteada de manera inteligente y cada episodio hace hincapié en una faceta del reinado y vida privada de Elizabeth. Pero no solo ese guión es fantástico sino la propia dirección, con esos guiños constantes al espectador, la fotografía, la magnífica banda sonora, las recreaciones de vestuarios y palacios…. y por supuesto los actores. Quitémonos todos el sombrero ante la fantástica Claire Foy por favor. No es que no fuera fan ya de esta mujer tras verla en Little Dorrit, Arriba y abajo o Wolf Hall pero es que en esta serie se transforma de tal manera que casi da miedo.

Lo mismo pasa con el resto de actores, destacando John Lithgow como un Churchill fascinante, probablemente mi personaje preferido de esta temporada. Pero es que hay muchos personajes fascinantes en esta serie… todos extremadamente complejos, llenos de matices, completamente humanos. 

Creo que queda claro lo que me ha gustado esta serie, cómo se ha colado entre mis preferidas de todos los tiempos, de manera lenta pero segura. Es una serie llena de detalles, comienza de manera algo lenta y va creciendo tras cada capítulo. Para mi es el mejor estreno del año, mejor que Stranger Things, mejor que Guerra y paz.

Simplemente tenéis que verla, ponerla entre vuestras prioridades más absolutas, no os arrepentiréis.