Daredevil, la serie de superhéroes que estábamos esperando

Trailer | Acción | 2015-Actualidad | 2 temporadas | Netflix |  ★★★★★

*Entrada sin spoilers (don’t panic)

No hace mucho tiempo cuando alguien escuchaba la palabra «superhéroe» se le venía automáticamente a la cabeza gente vestida de manera chillona y ridícula, efectos especiales de risa, el típico héroe con muchos músculos y poco seso y sobretodo la idea de que los superhéroes eran cosa de niños.

Ahí, muy en el fondo, escondidos donde pocos podían vernos, estábamos los que sabíamos que eso no era verdad. Pocos se atrevían a decirlo en voz alta pero nosotros sabíamos que no todos los superhéroes eran así y desde luego no todas las historias protagonizadas por ellos tenían porqué ser ridículas y patéticas. Lo habíamos leído en cómics como los de Frank Miller, Neil Gaiman, Alan Moore o Grant Morrison.

Por eso cuando el Batman de Nolan irrumpió en escena y todo el mundo se sorprendió de que una película de superhéroes pudiera tener un argumento tan maduro, oscuro y crítico nosotros asentimos felizmente. Pero todavía quedaba un paso por dar, y ese paso lo dio Daredevil de la mano de Netflix, arrancando así una nueva etapa de oro para el género superheróico.

Daredevil es una historia de sombras, violencia y dualidades morales.

Lo que más sorprende de primeras es que hayan sabido sacar tantísimo partido a una premisa tan poco apetecible… Nunca me planteé leer un cómic del diablo de Hell’s Kitchen simplemente porque un abogado ciego y fervientemente católico peleando con un disfraz rojo con cuernos me repelía más que el olor a coliflor hervida.

Pero en la primera temporada de Daredevil descubrimos que hay mucho más que eso. Aquella fue una temporada centrada en el thriller criminal, aún más que en la propia creación del superhéroe. Matt Murdock, nuestro abogado ciego, no puede volar, ni tiene súper fuerza, ni le salen rayos por las manos. Irónicamente es un ciego que gracias a sus sentidos ve más que el resto de los mortales, eso y su entrenamiento le dan bastante ventaja sobre los criminales, pero el hecho de que no tenga ningún poder impresionante lo hace más humano y mucho más cercano a nosotros que los superhéroes habituales.

Partiendo de ahí, la serie está enfocada precisamente en comprender las razones que llevan a una persona a arriesgar su vida cada noche, a mentir y alejarse de todos los que le rodean para «proteger su ciudad».

A lo largo de las dos temporadas de la serie conocemos a un Daredevil que dista mucho de ser perfecto… tiene un fuerte sentido moral, una conciencia religiosa y una bondad innata, pero también un egocentrismo preocupante y un don especial para hacer daño a todos los que se preocupan por él de una manera u otra.

Todos los personajes de esta serie tienen matices, nadie es simplemente «el villano» o «la novia» o «el héroe»… Aquí los personajes están creados con mimo. Es una serie que se los toma muy en serio, dedicando mucho tiempo a moldearlos y a que los veamos como personas con motivaciones propias y preocupaciones REALES.

Eso se aprecia especialmente en los villanos que no lo son tanto (desde el ultragenial Fisk hasta desde luego  al robacorazones de The Punisher), con un pasado muy potente e importante en la trama y unas acciones que nos llevan a replantearnos una y otra vez qué está bien y dónde está el límite real entre el bien y el mal.

La segunda temporada crea muchas más preguntas morales, sobre Daredevil y si realmente todo lo que hace es bueno, salva a personas, es cierto, pero también da pie a que la gente se tome la justicia por su mano. ¿Debería Daredevil parar? O más importante ¿Podría parar? Nosotros, en el fondo, sabemos que no. Al final la serie se esfuerza en situarnos sobre lo que ocurriría realmente si existieran los famosos «vigilantes» y cómo reaccionaríamos nosotros ante ellos.

Otros personajes se hacen más y más interesantes según avanzan los capítulos, como Karen, que nunca deja de sorprenderme, o como Claire, que es la voz de los espectadores una y otra vez.

Es una historia muy de personajes, pero también es la historia de una ciudad asediada por el crimen organizado, las mafias, la corrupción… el tipo de ciudad que necesita un héroe.

Me gusta muchísimo que la ciudad tenga tanta presencia en la serie, y de hecho la atmósfera de Hell’s Kitchen a veces te absorbe por completo (algo que no ocurría tanto con Jessica Jones, por ejemplo).

Daredevil tiene una iluminación y una fotografía impresionantes. Esos colores verdes y sobretodo amarillos que nos recuerdan una y otra vez el infierno que es la ciudad, esas sombras que se lo comen todo, esos espacios claustrofóbicos… Todo ayuda para crear una atmósfera totalmente original y única, cercana en cierto sentido al mundo del cómic pero a su vez increíblemente real y palpable.

Esta serie se toma también muy en serio las peleas y los golpes, para que sean de esos que te duelen cuando los veas. Quizás a veces resulta demasiado violenta (sobretodo para mi, que soy bastante floja) pero es necesario para demostrar hasta donde tiene que llegar Daredevil.

En conclusión, esta es una serie que me ha atrapado. Me atrapó en su maravillosa primera temporada y ha vuelto a hacerlo con la segunda. ¿Que no es perfecta? Por supuesto que no, yo también le veo sus fallos pero me parecen nimios en comparación con sus aciertos. La gracia de Daredevil es que compone una serie de superhéroes tomándose las cosas en serio, dándole una capa de realismo a sus personajes, cuidando los pequeños detalles, haciendo guiños y mezclando tramas como solo los buenos equilibristas pueden hacer, y todo esto sin perder de vista que sus orígenes comiqueros. Sin querer perder de vista el traje rojo con cuernecillos…. Y eso, no me digáis que no, tiene mucho mérito.

Además, engancha de mala manera.

Antes os comentaba que nunca me había interesado por los cómics de Daredevil, pero la serie ha hecho que cambie drásticamente de opinión, estoy deseando pegarme un atracón de Matt Murdock, esta vez en papel.

Como para negarle algo

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